Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama

Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama
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Si se aprecian desde la costa, las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama rompen el horizonte con una espectacular sucesión de crestas que superan los 1.500 metros, para después descender vertiginosamente y desaparecer bajo las aguas del Mediterráneo.

A sus pies se suceden asombrosas barranqueras, escabrosos roquedos, afiladas crestas y empinadas laderas. No es fácil superar esta muralla natural pese a que el empeño de los hombres fue trazando caminos que, superando los puertos de Frigiliana, Cómpeta o Sedella, tradicionalmente llevaban la pesca hasta la lonja de Granada.

El agua lenta e incansablemente, a su antojo, ha creado en la roca caliza un laberinto de fisuras, grietas y cavidades que han tallado poljés, como el de Zafarraya, una espectacular depresión rodeada de montañas; grutas y simas, entre las que cabe destacar la muy afamada de Nerja o la Cueva de la Fájara; y los muy espectaculares “cahorros” o canjorros, como el del río Chíllar, un cañón estrechísimo labrado sobre la roca.

La intensa explotación económica que padeció esta sierra durante el siglo XIX -minería, pastoreo, carboneros, viticultura, etc.- y la posterior reforestación con distintas variedades de pino para abastecer de materia prima la resinera de Fornes, han condicionado la visión forestal que hoy exhibe. Según ascendemos, en las tierras altas, húmedas y frías, encontramos vestigios de la vegetación originaria: en el Navazo o en La Maroma quejigos y robles sustituyen a encinas, durillos y aladiernos para, ya en las cotas más altas, dar paso a matorrales almohadillados y tejo, una planta con escasa presencia en las sierras andaluzas. Se pueden encontrar ejemplares singulares, como el Pino de las Cinco Ramas (Sierra de Cazulas) o las Mimbreras de la cabeza del río Cárdenas (Zafarraya). En la periferia y donde la aridez toma cartas, junto a olivos y viñas, chumberas, pitas y palmitos tienen un papel destacado. Siendo patente la presencia de un buen número de mamíferos, como cabra montés y gineta, son las aves las que tienen mayor protagonismo, tanto las vinculadas a roquedos -águila real, perdicera, calzada y culebrera, buitre leonado, alimoche, búho real- como a cauces de agua - mirlo acuático y martín pescador-. Mientras que nutria, trucha común y cangrejo autóctono certifican la calidad de sus aguas, el murciélago de herradura y el grillo Petaloptila malacitana subrayan la singularidad de sus cuevas. Encontramos también el sapo partero bético, endemismo exclusivo de esta sierra y de los macizos a caballo entre Almería y Murcia.
Espacios Naturales
Parque Natural
es
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Puntos de interés

Coordenadas no disponibles

Servicios e infraestructuras

  • Guía Intérprete
  • Jardín botánico
  • Mirador
  • Observatorio de aves
  • Oficina de turismo
  • Rutas 4x4

Público objetivo

Viajo Solo, Familiar, Parejas, Lgbti, Jóvenes, Mayores, Amigos

Segmentos

Ocio y Diversión, Sol y playa, Naturaleza, Turismo Activo - Deportes, Cultura

Tipo de actividad

Espeleología, Windsurf, Actividades ecuestres, Orientación, Puenting, Montañismo, Senderismo, Vela, Piragüismo, Vehículos Todoterreno, Escalada, Cicloturismo, Multiaventura, Vuelo libre, Barranquismo

Marcas de calidad

Carta Europea del Turismo Sostenible, ISO 14001:2004

Unidades medioambientales

Media Montaña Bética

Fecha de declaración

12 / 11 / 1999

Area (m2)

40657