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REGIONES Y BLOQUES DE LA PLANTILLA

Granada y Carlos Cano

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Emoción, compromiso, solidaridad, pasión, sentimiento y amor por su tierra, su gente y su cultura: Granada y Andalucía.

"...Granada del alma mía,

si tú quisieras contigo

me casaría esta primavera."

(Letra de Habanera Imposible)

Carlos Cano (Granada, 1946-2000)

Cronista andaluz

Cantautor. Sus canciones son el reflejo de la historia contemporánea andaluzaCrónica de la Andalucía emigrante, como él lo fue, crónica de denuncia (nació en una familia represaliada por la Guerra Civil) que se refleja en una de sus canciones El Salustiano. La mayoría de sus canciones, son crónicas de denuncia y alegato contra la leyenda de la pereza andaluza y así surgen Viva la grasia la Murga de los currelantes. Granadala vega de Granada, los pueblos perdidos de las Alpujarras granadinas (En Órgiva compró el cortijo La Rehoya para ayudar a niños saharauis). Estos paisajes y sobre todo sus gentes están vivos en su pensamiento y aunque pasa algunos periodos de tiempo por varios países de Europa, siempre tiene a su Granada natal en la cabeza y sus rincones, con especial enamoramiento de la Alhambra y la cultura del puebloParticipa de forma activa en el proceso autonómico de Andalucía, sobre todo en el referéndum del 28 de Febrero, brindando su guitarra y su voz a un pueblo que busca nuevos horizontes. Muere en Granada al fallarle el corazón el 19 de diciembre de 2000 y como dijo Enrique Morente, "ha caído una bomba de tristeza para los ciudadanos”.

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La verdiblanca

Carlos Cano se crió a la sombra de la Alhambra, cerca de Plaza Nueva y la Carrera del Darro. Por los callejones que rodean la subida al palacio nazarí el niño Carlos se va haciendo mayor y cuando llega a los 16 años abandona los estudios y se dedica a la canción. Tiene un gran apoyo en el poeta Juan de Loxa y entra a formar parte de la vanguardia musical y literaria granadina. Nace Poesía 70 y Manifiesto Canción del Sur donde Carlos Cano asume tiene voz. Es en un homenaje a García Lorca en París cuando el cantautor granadino empieza a hacerse notar e incluso a vivir de la música.

En la plaza Bib-Rambla conoce a Alicia que años más tarde sería su mujer. Se casa en 1972 y tiene ya obligación de llenar la alacena. Se instalan en una pequeña casa junto al Campus de Ciencias y del Instituto Padre ManjónLa Alhambra y Sierra Nevada se asoman a su ventana, dos referentes para el cantautor.

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Pero Granada se le resiste. Ya goza de prestigio y actúa en pequeños recintos, a veces en la Universidad y siempre llama la atención con sus canciones y las letrasde las mismas, muy combativas y con mensajes sociales muy claros. Acumula experiencias y vivencias, sobre todo cuando se marcha como currante por Europa y Cataluña. Experimenta en sus carnes la condición de andaluz expulsado de su tierra.

En Barcelona quiere estudiar electrónica, pero termina de albañil. Serrat y Lluis Llach son sus referentes, como lo había sido Paco Ibáñez. Y es en Barcelona, en casa de un emigrante, donde se da de bruces con la bandera andaluza. Y así nace la canción Verde y blanca la primera y fundamental de sus casi 200 canciones. Esta canción terminaría por ser el grito de libertad del pueblo andaluz hasta que se hizo oficial el himno que creara Blas Infante.

Su propio destino

Carlos Cano regresa Granada. La experiencia y el contacto con los emigrantes lo han marcado. En sus continuados encuentros con Juan de Loxa, Moratalla, Mata o Valdivieso de grupo Canción del Sur fragua su futuro. Él es un andalucista libre, un anarquista utópico, un ciudadano sin disciplina ni cánones; un marginal, heterodoxo y provocador molesto. Quiere fraguar su propio destino, pero no le es fácil. La cerrada sociedad granadina le da la espalda y busca fuerzas en sus largos pasos por el Albaicín y el Sacromonte; en tertulias eternas donde prima la palabra y el pensamiento, pero que no dan de comer. Incluso se siente marginado siendo ya un cantautor que encuentra en Andalucía más calor que en su Granadanatal. Pero Granada es su patria y su reino y no se deja avasallar. En 1975 saca su primer disco que titula A duras penas; todo un símbolo de lo difícil que le ha sido abrirse camino. Encuentra un apoyo total en un flamenco ya consagrado Enrique Morente con él comparte el sentimiento por la música en su casa del Albaicín.

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Crónicas granadinas

Con la Verde y blancaCarlos Cano, se echa a las espaldas el creciente espíritu autonómico. Sus canciones son el reflejo de la historia contemporánea de Andalucía y alcanza un éxito no predecible con una apoteósica actuación en la Facultad de MedicinaEnrique Morente y otros artistas, cantaores y poetas arropan a un Carlos Cano que ha tenido que superar sus miedos innatos a subirse a un escenario. Dos canciones marcan a los asistentes, El Salustiano, crónica de la Andalucía emigrante; crónica de denuncia y es un grito que se rebela contra la dictadura. Con Viva la grasia se rebela contra el tópico de la pereza andaluza y con La murga de los currelantes canta a quienes se levantan en lucha contra las injusticias. Cuando finaliza el concierto Carlos Cano con un grupo de amigos se va al Campo del Príncipe a tomarse unos vinos, por la zona del Realejo y pisando las vías del tranvía. Carlos le dice a Juan de Loxa que ya no hay vuelta atrás; una especie de juramento a los pies de la Alhambra. Y da fe de ello con sus Crónicas granadinas que hinca sus raíces en la nostalgia de Boabdil, el último rey nazarí, canta a al-Mutamid, el rey de Sevilla, y se sumerge en los sueños de los ocho siglos de lo andalusí.

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Brisa de fuentes y arboledas

Recorre la Alpujarra de la Contraviesa para alimentar su espíritu libre y combativo, para conocer cómo los moriscos se alzaron en armas contra los Reyes Católicos y en su nueva casa de Las Gabias, en la vega granadina, da rienda suelta a su poderosa imaginación.

Bebe en la poesía de Lorca, Neruda y Luis Cernuda y se confiesa a su amigo Diego de los Santos, en la Puerta del Vino, que todo se lo debe a Granada, a su luz, a su memoria, a sus pájaros y a su vega con sus silencios y sus alamedas de chopos. Y también a su sierra, a sus fuentes y a la luz violeta de los atardeceres que le atrapan subido a la Torre de la Vela granadina.

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Brisas de fuentes y arboledas cuando pasea por el famoso Carmen de los Mártires, hipnotizado en la plaza de San Nicolás, con la majestuosidad de la Alhambra enfrente y cumple uno de sus objetivos más deseados, cantar en los Jardines del Generalife, en junio de 1982, a la luz de luna y con el rumor del agua como fondo.

Carlos Cano recorrió medio mundo como cantor andaluz y se apagó su vida en Granada, 25 años después de que sonara por primera vez su canción de combate Verde y BlancaLa bandera cubrió su féretro y sonó su canto histórico a la bandera andaluza.

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Paseos con Carlos Cano

Paseo 1. Paseo de los Tristes - Carrera del Darro - Plaza Nueva (I. Santa Ana. Chancillería) - Calle Elvira (casas albaicineras de sello mudéjar, gótico y renacentista, zoco de ocio y diversión) - Arco de Elvira.

Paseo 2. Museo de Ciencias Naturales (Instituto Padre Suárez) - Gran Vía - Plaza Isabel la Católica - Corral del Carbón - Alcaicería - Capilla Real - Catedral - Plaza Bib-Rambla.

Paseo 3. Cuesta de Gomérez - Puerta de las Granadas - Bosque de la Alhambra - Plaza de los Aljibes - Jardín de los Adarves (asombrosas vistas del Albaicín y Sacromonte) - Puerta del Vino (uno de los lugares preferidos por Carlos Cano) - Jardines del Generalife (Carlos Cano se consagra como cantautor) - Paseo de los Mártires - Carmen de los Mártires.

Granada y Carlos Cano
18001. Granada (Granada)