Montilla y la artesanía del vino
El sistema de soleras y criaderas que, como en Jerez, se usa en las bodegas de Montilla-Moriles genera varios oficios artesanos para ese trasiego del vino. Uno de los más relevantes es el de tonelero, con varios fabricantes que exportan sus productos. Montilla cuenta con numerosas bodegas de vinos generosos y un original Centro de Arte Contemporáneo y Vino. Además de, por supuesto, las clásicas tabernas.
La tonelería permite elaborar recipientes de madera de forma abombada, ensamblados con aros metálicos. Aunque recibe su nombre de los toneles, los artesanos también fabrican barriles, barricas, tinas, cubos y otros objetos vinculados a vinos o líquidos. Se trata de un oficio centenario, artesanal, pues, aunque se han introducido máquinas que dan respiro en las tareas más duras, la forma de hacer y las herramientas no ha cambiado en siglos.
La denominación de origen Montilla-Moriles cuenta con una larga historia tonelera, con orígenes en los siglos XVII y XVIII, aunque a partir del XIX crece por la necesidad de conservación y reparación de las barricas de gran capacidad. Se trata de las botas, que se apilan en la bodega para soleras y criaderas, sistema de crianza de finos, olorosos y amontillados.
La barrica, además de ser el recipiente en las bodegas de crianza, resulta perfecta para su transporte. De esta manera, un volumen notable de vino, al viajar en botas, se mueve sin perder ninguna de las peculiaridades que los hacen tan cotizados. También, para el uso en los hogares, se fabrican los barriles más pequeños, de 2, 4, 8, 16 y 32 litros.
Las botas y barriles son de madera de roble francés o americano ya que, por sus cualidades, permiten la crianza apropiada de los vinos. La porosidad de esta madera produce una pequeña disminución de agua en el vino y, como consecuencia, un incremento del grado alcohólico. Además, permite que los componentes de la madera impregnen al vino de matices de sabor y aroma.
Existen tres tonelerías que se pueden visitar en Montilla: Tonelerías José L. Rodríguez, Juan Pino y del Sur. Una gran oportunidad para, antes de conocer las bodegas y las afamadas tabernas montillanas, instruirse en la historia que se va a beber.
Pero no solo la tonelería conserva su presencia en Montilla. Cada año se celebra un encuentro artesano en el Centro de Arte Contemporáneo y Vino (Envidarte), donde resulta patente la maestría en forja, carpintería, guarnicionería, bisutería o marroquinería.
