Úbeda, sinagogas y casas judías
Hay tanto que conocer en la monumental Úbeda que, con cada paso que damos, es difícil no sentirse abrumado por tan prolíficas muestras de patrimonio. Por ello, os proponemos una manera especial de conocer la ciudad, siguiendo las huellas que dejó la cultura judía durante los siglos de la baja Edad Media y que, posiblemente, la convirtieron en una de las mayores juderías hispanas de la época.
A lo largo de este paseo descubrirás que Úbeda está impregnada de elementos, de símbolos del pueblo judío, unas gentes que hasta su éxodo trajeron consigo prosperidad económica y social para la ciudad. Viviendas con signos hebreos en sus fachadas recuerdan esa herencia, sobre todo en las estrechas callejas del barrio del Alcázar, entre cuyos muros y fuertemente fortificada se ubicaba la judería. Junto al torreón del Portillo del Santo Cristo también encontramos una de estas casas, en cuya portada las estrellas de David entrelazadas forman una figura de 12 puntas. Precisamente, estos conocidos símbolos del judaísmo nos marcarán el camino a seguir, como si fuéramos antiguos navegantes guiados por constelaciones de estrellas engarzadas en cada una de las viviendas. Es el caso de la popular casa de la Luna y el Sol, cerca de la iglesia de Santo Domingo, que puede que perteneciera a algún alquimista.
Imprescindible, pasear por la Gradeta de Santo Tomás, nombrada así por la anchura de sus escalones o gradas. Situada junto a las ruinas de la iglesia de Santo Tomás, donde yacía el difunto padre de Francisco de los Cobos, aquí destacan dos casas con sendas estrellas de David de seis y doce puntas. La segunda es conocida como casa del judío Samuel, almojarife de Alfonso X. Desciende un poco la cuestecilla, hasta la parte inferior de la calleja. Ahí, donde se abre un mirador en la muralla, déjate sorprender por el océano de olivos con la Sierra de Cazorla al fondo.
En la Cuesta de los Carbajales encontramos la que parecer ser la Sinagoga de Salomón, una vivienda estructurada a la manera de las antiguas casas judías. Llaman la atención el llamado "Sillón del Profeta Elías", que utilizado para la circuncisión está ubicado en la planta baja, y el oratorio, que está dividido en dos espacios, una para hombres y otra para mujeres. En la primera planta se ha reconstruido una escuela talmúdica. Entre sus piezas, hay un baúl de piel de época de los Reyes Católicos, con dos Estrellas de David. Sorprendentemente han perdurado pese a la estricta vigilancia de la Inquisición.
Imposible abandonar la ciudad sin visitar un tesoro hallado casualmente cuando se construían unos apartamentos turísticos. Se trata de la Sinagoga del Agua. En la calle Roque Rojas, está ubicada fuera de la judería. Las citadas obras dejaron al descubierto un hallazgo sorprendente, una sinagoga completa sepultada durante siglos. Cruzar sus puertas es adentrarse en un inesperado viaje al pasado para conocer las costumbres judías de la localidad.
La Sinagoga del Agua está compuesta por seis salas, destacando la sala de purificación o Mikveh, lugar dedicado a los baños rituales tan comunes en las costumbres judías. Otro de los espacios, que cabe mencionar y se podrá conocer durante la visita a la Sinagoga, es la Galería de la Mujeres. Espacio de recogimiento, lo ocupaban las señoras durante las ceremonias y ritos, ocultas tras celosías. La llamada casa o sala "del Inquisidor" se debió corresponder con las dependencias que en la Edad Media ocupaba el rabino. Dicen que se ha conservado hasta nuestros días debido a que, con posterioridad, fue residencia de un miembro destacado de la Inquisición, por lo que nadie osó a profanarla.
