Bosque de la Alfahuara y la Sabina Milenaria
En el norte de Almería, entre los términos municipales de María, Chirivel y los dos Vélez, Blanco y Rubio, el Parque Natural de Sierra María-Los Vélez pone de manifiesto la riqueza ecológica que posee la provincia más oriental de Andalucía, con joyas naturales como el Bosque de la Alfahuara.
Cruce de caminos y hogar de numerosas especies botánicas y faunísticas, la altitud y geología del lugar han condicionado las formaciones boscosas presentes en estos parajes. Entre todas ellas, llama la atención por su gran singularidad y excelente estado de conservación el conocido como Bosque de la Alfahuara.
Aunque con seguridad lo fue desde tiempos inmemoriales, las crónicas nos dicen que este viejo bosque fue aprovechado desde el siglo XVI, tanto como coto de caza de los Fajardo, como por los vecinos de los pueblos cercanos para usos ganaderos y forestales.
Destacan sus poblaciones de pino carrasco y laricio, dos especies de coníferas típicas de la costa mediterránea.
En su interior, donde la plácida penumbra solo es rota por algún candilazo instantáneo, contrasta el dominio absoluto del pinar con la presencia de un sotobosque muy particular, integrado por jaras, hiniestas, enebros y alguna que otra encina que crece esporádicamente.
El punto más elevado de la ruta, donde casi tocamos el cielo más limpio que puedas imaginar, el pico del Puntal del Morral ofrece unas magníficas vistas desde un mirador habilitado en su cumbre. Desde aquí, el viajero sin prisas puede contemplar la rica diversidad del paraje y, de forma ocasional, el vuelo de algunas rapaces que anidan en los roquedos del parque natural. En descenso, desde Barranco Agrio podremos observar la mancha de encinar que hemos dejado atrás y el espléndido bosquete de la parte superior del barranco, donde arces, mostajos y durillos restan cierto protagonismo a las imponentes crestas calizas del horizonte.
En las proximidades, se encuentra la Cueva de los Letreros, Patrimonio Mundial y uno de los conjuntos de arte rupestre más importantes del sur peninsular. Descubierta en el siglo XIX, es conocida por su ‘indalo’, una figura de ambigua simbología hoy convertida en emblema de la provincia.
En Chirivel, cabe destacar la visita obligada a la Sabina milenaria, un ejemplar único en toda la provincia que se erige como auténtica reliquia de tiempos pasados. El acceso hasta este lugar, declarado monumento natural en 2003, es posible por medio de una ruta lineal, una pista de tierra que parte desde el municipio y nos conduce por un recorrido de once kilómetros.
Este árbol de hoja perenne y más de quince metros de altura, atestigua con su presencia la existencia de otros de su especie y buen porte, junto a piornos, majuelos y tomillos. Los dibujos lineales, casi tortuosos, que recorren su tronco son testimonio de su longevidad y magnitud. Y desde ahí, a 1.600 metros de altura, con las sierras de las Estancias y los Filabres dibujando el horizonte, seremos conscientes de la grandeza del silencio.
