"Puede ser mi gran noche”, cantaba el gran Raphael. Si aún no conoces la noche gay cordobesa, no se nos ocurre mejor jornada que la del 31 de diciembre para adentrarte en ella. Vía Glam.

En el tránsito de un año a otro existe cierto renacimiento. Y no nos referimos a los propósitos de Año Nuevo, no. Se trata de otra cosa. Esa expectativa ante los días que quedan por venir nos hace sentirnos -todavía- más vivos, y eso es muy bueno. Hay quienes, en Nochevieja, deciden marchar a Londres o a Nueva York, ciudades que se engalanan de lo lindo en estas fechas. Pero... ¿por qué no disfrutar de una de nuestras ciudades andaluzas más atractivas? El embrujo cordobés, como aquella luz de la canción, nunca se apaga. Y la navidad, a estas alturas del mes, empieza a saber a champán. A ver cómo se nos da este Fin de Año rosa en Córdoba.

Si hay ganas de despiporre, lo cierto es que dispondremos de muchas horas por delante para disfrutar de la movida nocturna de ambiente en la ciudad sultana. Además, estamos en una época ideal para hacer una visita relámpago, o sencillamente adentrarse en la Córdoba de día, con sus grandes alicientes patrimoniales. Y en la Córdoba de noche.

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Alojamiento gay-friendly con encanto

Se sabe que el 31-D es una noche para estirar al máximo, pero hay que ser previsores (que no previsibles). Por eso, si buscamos algo bajo los parámetros Córdoba gay-friendly, encontraremos hospederías tradicionales como Séneca Hostel Córdoba, especializada en viajeros jóvenes, parejas y familias, y ubicada en plena Judería. Su patio andaluz es sencillamente arrebatador y te servirá para reponer fuerzas después de una noche que se prevé un tanto loca. Aunque quizá vuelva a empezar la fiesta, puesto que sirven vinos de la tierra, ¡y a ver quien se resiste!

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El Clandestino

En este local, frecuentado por la gente moderna de la ciudad, puedes aprovechar para almorzar ligeramente y prepararte de cara a la noche. Y es que El Clandestino juega con la ventaja de contar con un gran ambiente, relajado y abierto -bohemio, dicen algunos-, con un cocinero cuyos peroles son todo un espectáculo sabrosón. Se puede ir de cañas y tapear, así que para un piscolabis es estupendo. No resulta raro encontrarse algún show acústico o poético a cargo de artistas habituales, elevados sobre las cabezas del público en un escenario muy peculiar. Tienes que verlo.

Banquete para dos (o para quien se tercie)

La cena de Nochevieja es irrenunciable, aunque se esté lejos de casa y de los guisos familiares. Encima estamos en una ciudad donde el nivel de la restauración es de soberbio para arriba. ¿Qué tal si celebramos un banquete con amigos por la diversidad sexual? A orillas del Guadalquivir, Fusión by Sojo es uno de los restaurantes más "in” de la ciudad. La cocina de mercado se combina con originales toques que hacen de su carta algo deliciosamente inesperado. Y eso gusta. Como el guiño colonial en su ambientación, por lo demás agradable y cosmopolita.

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Glam

Después de tomar las uvas en la Plaza de las Tendillas... empieza lo bueno. En Córdoba, la noche gay-friendly tiene un más que sugerente nombre: Glam. Las banderas arco iris que cuelgan de su fachada son una declaración intenciones: estés en territorio LGBTI. La noche del 31 de diciembre se convierte en un "sábado noche”, casi por definición. De modo que a Glam, especialmente animado los findes, no le quedará otra que darlo todo esa madrugada. Y a ti también. El petardeo y la diversión están aseguradas. ¿Sí o qué?