Senderos kársticos, miradores de ensueño, castillos altivos, baños romanos, fuentes barrocas… Cualquier espíritu inquieto, amante del turismo activo, tiene una cita ecoturista con el interior cordobés. ¡Nadie se arrepiente!
El interior cordobés, además de ser enormemente estimulante, está más cerca de lo que pensamos. No hay más que marchar, con los peques o en compañía de amigos, a villas como la de Zuheros para comprobarlo. Situada a 76 kilómetros de la capital, por sus calles empinadas y su castillo "enmarañado”, tan singular, la conoceréis. Perdida en el tiempo, y cercada por un paisaje geológico de enorme valor, es una de las propuestas para amantes del ecoturismo que nadie debería perderse. Estaría dentro de nuestra ruta turística sostenible y cordobesa, activa y para todos los públicos. ¡Hay tanto que ver y disfrutar!

Baños de Popea (Santa María de Trassierra)
Los Baños de Popea parecen salidos, directamente, de un sueño. Sus cascadas, chorreras, rodeadas de vegetación, rocas carbonatadas... así como su cercanía a la pequeña aldea de Santa María de Trassierra (por donde anduvieron, nada menos, que Colón y Góngora), y la evocación de su nombre -que rescata la imagen cinematográfica de la emperatriz romana Popea Sabina-, hacen de este lugar, al norte de la provincia, un enclave imposible de olvidar. Se encuentra en la zona de conservación del Guadiato.
El baño se acompaña de aves como la curruca, el mirlo, el búho chico o el águila perdicera. No andaban poco inspirados quienes bautizaron así al manantial, teniendo en cuenta que la cuenca del Guadiato fue explotada gracias a sus recursos mineros en la Antigüedad, precisamente, por los romanos.
Cañón de Bailón
Esto es mucho más que turismo rural. Coge a tu pareja y sigue por el Sendero del Río Bailón, al que iremos acompañando en su serpenteo desde el nacimiento hasta que alcanza la Depresión del Guadalquivir, al norte de Zuheros. El cuadro kárstico que se nos aparece es interesantísimo: cuevas, grutas, poljés, simas, dolinas, lanchares, gargantas, manantiales... Aunque es la vista del cañón del Bailón la que muestra con mayor intensidad la condición abrupta de este territorio. Si decimos que es espectacular nos quedamos muy cortos.

Castillo de Almodóvar del Río
Este soberbio monumento militar ha tenido, como suele ocurrir, muchas vidas. Como castro romano primitivamente, como fortificación bereber -hacia el año 740-, y como castillo medieval. Y es que el pueblo cordobés de Almodóvar del Río tuvo una importancia estratégica para Córdoba, dada su ubicación, en una colina elevada a 252 metros junto al Guadalquivir, entonces navegable y de vital importancia para las comunicaciones.
Te dan la posibilidad de visitarlo de manera libre, con un plano del lugar. Eso sí, puedes contar con la "aparición” holográfica de la figura del que fuera su propietario, el decimosegundo Conde de Torralva, que se ocupa de relatar el anecdotario del castillo. Recordemos que el aristócrata, llamado Rafael Desmaissieres y Farina, gran viajero y amante de los inventos de su época, fue quien, en el primer tercio del siglo XX, se ocupó de restaurarlo.

Fuente del Rey (Priego de Córdoba)
Localizada en Priego de Córdoba, conocida como "Ciudad del agua” por sus manantiales, la Fuente del Rey tardó su tiempo en construirse: desde el siglo XVI hasta 1803. Hubo tiempo de asimilar dos estilos arquitectónicos (Barroco y Neoclásico), que le acabaron otorgando la declaración de Monumento Nacional. Sus 139 caños con rostros fantasmagóricos, el desnivel de sus estanques, las esculturas mitológicas... la convierten en un lugar de fábula.
Pero el turismo activo en Andalucía, en las fronteras prieguenses, va más allá de su condición de ciudad barroca cordobesa por excelencia. Aquí se pueden realizar rutas por el olivar, visitando almazaras, y probando los inigualables desayunos molineros. ¡Qué menuda forma de empezar la jornada!