La Reserva Natural Laguna de los Jarales, situada en el término municipal de Lucena, forma parte del complejo de humedales del sur de la provincia de Córdoba, junto con las lagunas permanentes de Zóñar, Rincón y Amarga, y las estacionales de Tíscar y Salobral. Todas ellas ha sido protegidas por su importancia en la invernada y nidificación de aves acuáticas. La Laguna de los Jarales, sorprendentemente circular, es la menor de todas y la más meridional de las lagunas del sur de Córdoba.

Laguna de reducido tamaño, de carácter estacional y con un cierto grado de salinidad en sus aguas, hacen de esta reserva natural un frágil humedal. Los aportes hídricos de los que se nutre son el agua de lluvia y de la escorrentía de su cuenca. En los años en los que la laguna no se seca, gracias a la cantidad de lluvia caída, la presencia de la malvasía cabeciblanca se hace más patente, pues acude a la laguna a reproducirse.

En un paisaje de olivar, viñedos y cereal de la fértil campiña cordobesa, contrastan estos oasis rodeados de eneas, carrizos, juncos y cañas. Entre las especies vegetales que podemos encontrar en este humedal están las plantas subacuáticas como la chara áspera, halófilas como la alacranera y los arbustos de tarajal.

La ubicación y altitud -a 500 m sobre el nivel del mar - a la que se encuentra hacen de Los Jarales un punto inmejorable para la observación de aves migratorias. Entre las más relevantes encontramos el martinete común, la cigüeña negra y la gallineta común. La mejor época para visitarla es en invierno, pues se encuentran pobladas de aves invernantes que tienen aquí un refugio en el que prepararse para la época de reproducción.

La laguna se encuentra en el ámbito territorial de la llamada "Ruta de José María el Tempranillo".