La Reserva Natural Laguna de Tíscar forma parte del complejo de humedales del sur de la provincia de Córdoba, junto con las lagunas permanentes del Rincón, Zóñar, y Amarga, y las estacionales de Los Jarales, Tíscar y Salobral. Todas ellas han sido protegidas por su importancia en la invernada y nidificación de aves acuáticas.

Esta laguna se localiza a ocho kilómetros de la localidad Puente Genil, siguiendo el carril de tierra que parte de la aldea de Puerto Alegre. Se encuentra en una zona de campiña donde predominan los cultivos de regadío. Ocupa una extensión de 13 hectáreas y su longitud máxima es algo superior a los 500 metros. De aguas estacionales medianamente salobres, su estabilidad hídrica viene determinada por la profundidad que puede llegar a alcanzar (1,27 m en años de abundantes lluvias). Fuera de los meses de lluvia (diciembre a mayo), aparece como una gran lámina de color blanco debido a la sal que contienen las aguas.

En un paisaje de olivar, viñedos y cereal de la fértil campiña cordobesa, contrastan este oasis rodeado de eneas, carrizos, juncos y cañas. En los terrenos que rodean la laguna se han realizado repoblaciones con especies autóctonas, como encinas, lentiscos, gayombas, tarajes y álamos blancos.

En pocas ocasiones mantiene esta laguna agua durante todo el año, lo que explica la escasa vegetación que se encuentra en el perímetro. En la orilla norte se encuentran tarajes y carrizos, aunque la mayor vegetación que ofrece la componen especies subacuáticas como Althenia orientalis. Se llega a crear un verdadero manto verde sobre la lámina de agua, que atrae a las fochas y porrones.

Entre la fauna, el gallipato es una de las especies principales, del que se alimenta el somormujo lavanco. Entre los mamíferos destacan el ratón de campo, el conejo, la liebre ibérica, que campea dentro de los límites de protección, y el zorro.

Pero ante todo, es una de las lagunas que alberga mayor número de especies de aves invernantes, ocasionales y de paso, de los humedales cordobeses. Dos razones parecen justificar este hecho, su situación geográfica más occidental que el resto de los humedales, que la aproxima a lps pasillos migratorios del Estrecho y de las marismas del Guadalquivir; y la cercanía a su vez del río Genil con una avifauna en muchos casos complementaria a la que posee Tíscar. Algunas de las aves que se pueden encontrar en esta laguna son: flamenco común, cigüeña blanca, porrón moñudo y cerceta pardilla. Se pueden también observar otras especies de aves típicas de la campiña y que viven en los terrenos próximos, como la perdiz roja, la cogujada común y el cernícalo vulgar.

La laguna se encuentra en el ámbito territorial de la llamada "Ruta de José María el Tempranillo".