Provincia de Cádiz

El viajero curioso que se acerque a la vieja ciudad de Cádiz puede conocer pinturas y obras escultóricas de primer orden. Entre las primeras destacan tres lienzos de Francisco de Goya de tema religioso, poco frecuente en el pintor: Milagro de los panes y los peces, El convite del padre de familia y la Santa Cena (Oratorio de la Santa Cueva, parroquia del Rosario), pero el plato fuerte son las pinturas de Francisco de Zurbarán (1638-39), que pertenecían al Retablo Mayor de la Cartuja de Jerez. Del primitivo conjunto restan una serie de lienzos y tablas de excepcional calidad, considerados lo mejor de la producción zurbaranesca (Museo de Cádiz).

Por último, La Sagrada Familia, de Rubens (s.XVIII), pequeña obra sobre cobre de sorprendentes valores pictóricos (Museo de Cádiz). En lo escultórico destacan las tallas de Luisa Roldán; Ecce Homo (1684) es una pieza de intenso dramatismo barroco (Museo Catedral).

Los Sarcófagos Antropoides (470-400 a.C.) son únicos en el Mediterráneo. El masculino apareció en 1887, y un siglo después se descubrió otro femenino de similares características. Se vinculan a la tradición funeraria egipcia y al comercio de Gades con ciudades del Mediterráneo oriental (Museo de Cádiz).

En la provincia destacan dos retablos; el Retablo Mayor de la iglesia de San Pedro, de Hernando de Esturnio (1539), cuyo amplio repertorio de pinturas pone de manifiesto la influencia de los manieristas flamencos en el arte andaluz de la mitad del XVI (Arcos de la Frontera), y el Retablo Mayor de la iglesia de San Miguel, de Martínez Montañés (1617-43), que corresponde a la etapa de plenitud del maestro (Jerez de la Frontera).